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Asociación Costarricense de Terapia Asistida por Mascotas

“TITA” LA GALLINA.

“TITA” LA GALLINA.

No concibo un solo día de mi existencia que no haya estado rodeada de mascotas, todas ellas han influido en mi vida, me han acompañado en mis malos y buenos momentos, pero hubo una en especial, una gallina que se llamaba “Tita”.

Tita era una gallina vieja completamente domesticada, le poníamos un rulito en las plumas de su cabeza, se dejaba que le pintáramos las unas y andaba por la casa con collares que le hacíamos con lágrimas de San Juan.

Era toda una señora que abría sus alas y se cotoneaba por toda la casa y lo más sorprendente era que no hacía ninguna necesidad adentro.

Como era tan señora, en la noche la subíamos en la rama de un árbol de mango, era su lugar favorito para dormir,

Mi abuelita le ponía huevos para que los empollara y tenía tan buen calor que todos los pollitos lograban salir y lo más lindo era que me permitía estar ahí, viendo como desde adentro un piquito trataba de romper el huevo y ella les ayudaba.

En una oportunidad donde Tita estaba sacando nuevos pollitos, mi papá me trajo un patito bebé y no sé porque razón se lo puse debajo de Tita donde los demás pollitos ya habían roto su cascarón.

Ella lo miró y lo acomodó entre los otros pollitos.  Era maravilloso ver en las mañanas a Tita cotoneando con sus pollitos en fila y de último el patito que era un poco torpe, no como sus hermanos que caminaban ágiles hasta por encima de Tita.

Tita se echaba y todos los pollitos se le metían por todo lado en un segundo y cuando ella veía al patito que aún venía largo, se levantaba, corría hacia él y se le sentaba encima y los demás pollitos corrían y se volvían a meter entre las plumas de la gallina.

El pato creció muy rápido, mucho más que los pollos y ella siempre lo mimaba.

Esa gallina me enseñó tanto, aceptó el patito, lo cuidó, le enseñó a alimentarse, le dio calor y nosotros que nos llamamos seres “racionales”, a veces no podemos siquiera vivir con nuestra propia familia.

Tita murió de viejita, era una simple gallina que me enseñó un mundo que añoro y que deseara que todos lo llegaran a vivir.

 

Giselle

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