MES DEL ADULTO MAYOR

Se supone que se debe decir adultos mayores, pero a mi me parece más dulce decirles abuelitos.

Muchos de esos viejitos con su piel surcada y curtidos por los años son dejados en hogares de ancianos.

Cuando ACOTEAMA llega a realizar visitas a estos lugares, nos los encontramos cabizbajos, con su mirada perdida tejiendo recuerdos y ansiando la visita de algún familiar.

Ya nos conocen, los que pueden entablan conversaciones con los voluntarios mientras ellos con sus manitas temblorosas y algunas deformes acarician a nuestras mascotas.

Otros, a los que sus ojitos dejaron de permitir que entrara la luz, se conforman con acariciar a estos perros que les devuelven sus caricias torpes acurrucándoseles en sus cuerpos y reposando sus cabezas en los regazos de los abuelitos.

Estos perros son sus amigos, los visitan una vez a la semana y  para algunos son su única visita.

Es por esta razón que ser voluntario  en ACOTEAMA es un gran compromiso porque estos ancianitos nos esperan con nuestra mascota.

Por esto, en este mes de los “abuelitos”, demos una mirada interna y pensemos cómo tratamos a estas personas y para aquellos que algunas veces guardan rencores, ellos ya lo han pagado todo.