Bruno y yo

Yo vivía muy tranquilo, salía a caminar con mi papá, comía las golosinas que me daban, más lo que lograba robarme y el resto del día dormía tranquilamente en mis lugares favoritos, debajo de la mesa, entre los sillones y en la cama de mis papas.

Hasta que un día, trajeron a Bruno a mi casa, primero paso a conocer, jugamos un rato y se fue, no lo vi por un tiempo más. Pero luego vino a quedarse, un hermanito menor, chocolate y desde entonces me persigue, trata de robarse mi comida, coge mis juguetes y me pasa mordiendo la cola, las patas y las orejas cuando yo solo quiero dormir, aparte de eso se mete en mis lugares favoritos y ahora tengo que compartir la cama de mi papá, al principio no fue fácil… pero la verdad  nunca he sido tan feliz!!! Desde que Bruno llegó, ya nunca estoy solo, ni aburrido. Todo el día se la pasa inventando juegos y como no me deja dormir y pasamos haciendo tanto ejercicio, me siento con mucha más energía. Por eso quiero mucho a mi hermano, que llego a hacer mis días diferentes y llenos de alegría.

Chester